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Temas de Planificación desde el punto de vista del gerente de organizaciones educativas
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YA NO CARBURA
YA NO CARBURA
¡Pobre ese ya no carbura, entendéla! Así me dijo a mi prima Nelly en Montevideo hace unos meses, asiendo referencia a su madre que ante una pregunta que le hice muy emocionada sobre su empresa de textil, que ya no era un rebusque familiar sino una exitosa organización con distintos productos y con exportación a europea, no atinaba a contestarla, su posición algo despreocupada en el sillón de su casa desapareció, al igual que la sonrisa en su rostro, tuve la impresión que buscaba en su cabeza la respuesta (nunca la encontró). Con la expresión con que inicio este ensayo su hija la salvo del momento, pues las risas inundaron el salón.
Comienzo con esta anécdota porque lo relaciono con el termino burnout, que en http://empleo.universiablogs.net/burnout-el-sindrome-de-la-desesperanza explica que su origen se encuentra en la industria aeroespacial y significa agotamiento del carburante de un cohete, como resultado de un calentamiento excesivo. Pero es por Herbert Freudenberger (1974), quien lo define como el resultado de desgastarse por la pretensión persistente de un conjunto de expectativas inalcanzables.Tambien es conocido este síndrome como Cabeza quemada y se entiende como un desgaste profesional en los que tienen dentro de sus funciones la atención a personas, como los docentes, médicos, bomberos, empleados públicos, policías, entre otros.
Es impresionante que muchas veces hablamos sin importancia de una palabra relativamente nueva en nuestro vocabulario como el estrés y ahora puedo asociar una expresión que en ocasiones se usa como es la de ten cuidado porque puedes quemar a ese profesional, con lo del síndrome de de cabeza quemada, que sin miedo a exagerar muchos de los docentes podemos caer, sobre todo a final de año escolar.
¿Estaré yo sufriendo este síndrome?, bueno, ¿estaré como mi tía no carburando?, son preguntas que he comenzado hacer después de ver el video de Isaias Sharom http://www.youtube.com/watch?v=N99n6sISKU8
Pues es el atender a tanta gente que solicita cupo, los retiros de los estudiantes, los que quedan repitiendo y sus padres no se dieron por enterado que tenían hijos estudiando hasta ahora y vienen con el llanto, las amenazas con las defensorías escolares, batiendo carnet y puestos públicos, pare usted de contar, ya no diría después de este ensayo que me tienen los cabellos de punta sino que estoy a punto de caer en una de las características del síndrome de burnout o puedo identificar hasta en que fase me encuentro.
Estoy agotada emocionalmente y me encuentro en la primera fase donde siento que las demandas de mi cargo exceden a mis fuerzas.
Es fuerte lo que estoy diciendo, pero el identificar esta situación considero que me permitirá tomar conciencia y eliminar las fuentes que me producen estrés. Y hoy lo hice, después de tres situaciones fuertes en la oficina relacionadas con los problemas en numerados en párrafos anteriores, me pare, le dije a la secretaria que venia dentro de unos momentos y fui a apreciar los bailes que los alumnos estaban presentando en el salón múltiple del colegio.
Así que me tome mi tiempo, me oxigené y luego retome mi trabajo.
Pues ese es uno de las acciones que indiviualmente una persona que se encuentre en cualquiera de las fases tanto la poco comprometedoras como las avanzadas donde se somatiza el problema debe hacer.
Entre esas acciones se encuentran, recibir entrenamiento en solución de problemas, manejar eficazmente del tiempo, desconectarse del trabajo fuera de la jornada laboral, practicar técnicas de relajación, tomar pequeños descansos durante la jornada, unos 5´ (eso fue lo que hice).
Si bien es cierto que a nivel individual la persona debe asumir compromisos para salir de dicha situación, a nivel organizacional debe ofrecerse al empleado espacios que permitan fomentar las relaciones interpersonales, los vínculos sociales entre el grupo de trabajo (la celebraciones de los cumpleaños, una sala de profesores agradable) entre otros.
Ahora bien, es importante aclarar que dicho síndrome no se que queda en un pequeños síntomas de dolor de cabeza, o desconcentración del trabajo, sino que puede hacer que la persona asuma actitudes que lo destruyan física, emocional y profesionalmente, que puede ser irreversible, por lo tanto toda organización debe conocer y tomar en serio la posibilidad que sus empleados (en la rama docente: las maestras, profesores, directores, subdirectores, entre otros) puedan caer en este tipo de conductas. Y por lo tanto deben ofrecer programas de prevención de riesgos psicosociales (en algo puede servir la LOPCYMAT), mejorar la comunicación ascendente y descendente, recompensar al personal, apoyar a los mandos intermedios como los coordinadores, docentes de guardias, en fin revisar y estar muy atento a ese clima organizacional, a la estructura y la existencia de grupos de trabajo que lejos de ser una piedra de tranca apoyen a la existencia de un clima agradable para cumplir el trabajo y sus responsabilidades.
Retomando el caso de mi tía con que inicie este ensayo, si hubiera conocido para ese momento de la existencia del síndrome de burnout le habría dicho: tía pero no se ponga así tranquila, yo le voy a dar un consejo, cambie su disco duro formatéelo, cámbienlo de modo de tango (todo dramático, doloroso y sufrido) a la actitud positiva, en Venezuela hay un dicho que me gusta mucho, no se de mala vida, allá no niego que las personas con trabajos como el suyo donde tiene que estar pendiente de todo, más de atender al personal, la clientela, el usuario en fin, lleguen un momento a no carburar como dijo mi prima, pero el tener una visión de vida más alegre, a todo le sacan un chiste, les ayuda consiente o no a evitar los síntomas de un estrés laboral que tanto anula a la persona como afecta a la organización.
En conclusión el ser consciente de la existencia del síndrome de cabeza quemada y que todos podemos en algún momento comenzarlo a padecer nos debe llevarnos a tomarnos el tiempo necesario para nosotros mismos, organizar las tareas, descansar como se debe, separar los tiempos dedicados al trabajo y estar atentos a esos signos de estrés que cualquier persona puede tener.
Referencias Bibliográficas
cabeza quemada, estrés laboral, síndrome burnout
http://www.buscarempleo.es/opinion/burnout-sindrome-de-la-cabeza-quemada.html
http://www.quadernsdigitals.net/index.php?accionMenu=hemeroteca.VisualizaArticuloIU.visualiza&articulo_id=10835
¡Pobre ese ya no carbura, entendéla! Así me dijo a mi prima Nelly en Montevideo hace unos meses, asiendo referencia a su madre que ante una pregunta que le hice muy emocionada sobre su empresa de textil, que ya no era un rebusque familiar sino una exitosa organización con distintos productos y con exportación a europea, no atinaba a contestarla, su posición algo despreocupada en el sillón de su casa desapareció, al igual que la sonrisa en su rostro, tuve la impresión que buscaba en su cabeza la respuesta (nunca la encontró). Con la expresión con que inicio este ensayo su hija la salvo del momento, pues las risas inundaron el salón.
Comienzo con esta anécdota porque lo relaciono con el termino burnout, que en http://empleo.universiablogs.net/burnout-el-sindrome-de-la-desesperanza explica que su origen se encuentra en la industria aeroespacial y significa agotamiento del carburante de un cohete, como resultado de un calentamiento excesivo. Pero es por Herbert Freudenberger (1974), quien lo define como el resultado de desgastarse por la pretensión persistente de un conjunto de expectativas inalcanzables.Tambien es conocido este síndrome como Cabeza quemada y se entiende como un desgaste profesional en los que tienen dentro de sus funciones la atención a personas, como los docentes, médicos, bomberos, empleados públicos, policías, entre otros.
Es impresionante que muchas veces hablamos sin importancia de una palabra relativamente nueva en nuestro vocabulario como el estrés y ahora puedo asociar una expresión que en ocasiones se usa como es la de ten cuidado porque puedes quemar a ese profesional, con lo del síndrome de de cabeza quemada, que sin miedo a exagerar muchos de los docentes podemos caer, sobre todo a final de año escolar.
¿Estaré yo sufriendo este síndrome?, bueno, ¿estaré como mi tía no carburando?, son preguntas que he comenzado hacer después de ver el video de Isaias Sharom http://www.youtube.com/watch?v=N99n6sISKU8
Pues es el atender a tanta gente que solicita cupo, los retiros de los estudiantes, los que quedan repitiendo y sus padres no se dieron por enterado que tenían hijos estudiando hasta ahora y vienen con el llanto, las amenazas con las defensorías escolares, batiendo carnet y puestos públicos, pare usted de contar, ya no diría después de este ensayo que me tienen los cabellos de punta sino que estoy a punto de caer en una de las características del síndrome de burnout o puedo identificar hasta en que fase me encuentro.
Estoy agotada emocionalmente y me encuentro en la primera fase donde siento que las demandas de mi cargo exceden a mis fuerzas.
Es fuerte lo que estoy diciendo, pero el identificar esta situación considero que me permitirá tomar conciencia y eliminar las fuentes que me producen estrés. Y hoy lo hice, después de tres situaciones fuertes en la oficina relacionadas con los problemas en numerados en párrafos anteriores, me pare, le dije a la secretaria que venia dentro de unos momentos y fui a apreciar los bailes que los alumnos estaban presentando en el salón múltiple del colegio.
Así que me tome mi tiempo, me oxigené y luego retome mi trabajo.
Pues ese es uno de las acciones que indiviualmente una persona que se encuentre en cualquiera de las fases tanto la poco comprometedoras como las avanzadas donde se somatiza el problema debe hacer.
Entre esas acciones se encuentran, recibir entrenamiento en solución de problemas, manejar eficazmente del tiempo, desconectarse del trabajo fuera de la jornada laboral, practicar técnicas de relajación, tomar pequeños descansos durante la jornada, unos 5´ (eso fue lo que hice).
Si bien es cierto que a nivel individual la persona debe asumir compromisos para salir de dicha situación, a nivel organizacional debe ofrecerse al empleado espacios que permitan fomentar las relaciones interpersonales, los vínculos sociales entre el grupo de trabajo (la celebraciones de los cumpleaños, una sala de profesores agradable) entre otros.
Ahora bien, es importante aclarar que dicho síndrome no se que queda en un pequeños síntomas de dolor de cabeza, o desconcentración del trabajo, sino que puede hacer que la persona asuma actitudes que lo destruyan física, emocional y profesionalmente, que puede ser irreversible, por lo tanto toda organización debe conocer y tomar en serio la posibilidad que sus empleados (en la rama docente: las maestras, profesores, directores, subdirectores, entre otros) puedan caer en este tipo de conductas. Y por lo tanto deben ofrecer programas de prevención de riesgos psicosociales (en algo puede servir la LOPCYMAT), mejorar la comunicación ascendente y descendente, recompensar al personal, apoyar a los mandos intermedios como los coordinadores, docentes de guardias, en fin revisar y estar muy atento a ese clima organizacional, a la estructura y la existencia de grupos de trabajo que lejos de ser una piedra de tranca apoyen a la existencia de un clima agradable para cumplir el trabajo y sus responsabilidades.
Retomando el caso de mi tía con que inicie este ensayo, si hubiera conocido para ese momento de la existencia del síndrome de burnout le habría dicho: tía pero no se ponga así tranquila, yo le voy a dar un consejo, cambie su disco duro formatéelo, cámbienlo de modo de tango (todo dramático, doloroso y sufrido) a la actitud positiva, en Venezuela hay un dicho que me gusta mucho, no se de mala vida, allá no niego que las personas con trabajos como el suyo donde tiene que estar pendiente de todo, más de atender al personal, la clientela, el usuario en fin, lleguen un momento a no carburar como dijo mi prima, pero el tener una visión de vida más alegre, a todo le sacan un chiste, les ayuda consiente o no a evitar los síntomas de un estrés laboral que tanto anula a la persona como afecta a la organización.
En conclusión el ser consciente de la existencia del síndrome de cabeza quemada y que todos podemos en algún momento comenzarlo a padecer nos debe llevarnos a tomarnos el tiempo necesario para nosotros mismos, organizar las tareas, descansar como se debe, separar los tiempos dedicados al trabajo y estar atentos a esos signos de estrés que cualquier persona puede tener.
Referencias Bibliográficas
cabeza quemada, estrés laboral, síndrome burnout
http://www.buscarempleo.es/opinion/burnout-sindrome-de-la-cabeza-quemada.html
http://www.quadernsdigitals.net/index.php?accionMenu=hemeroteca.VisualizaArticuloIU.visualiza&articulo_id=10835
LA EXISTENCIA DE GRUPOS SOCIALES DENTRO DE TODA ORGANIZACIÓN
LA EXISTENCIA DE GRUPOS SOCIALES DENTRO DE TODA ORGANIZACIÓN
Dentro de toda organización la existencia de los grupos formales e informales es una realidad notoria y tangible que un buen gerente debe estar en pleno conocimiento. Pues, el ser consciente de la existencia de los mismos le proporciona valiosas herramientas para tomar decisiones más asertivas y cónsonas con en el ambiente, comportamiento de los trabajadores y por supuesto con el logro de la misión de la organización. Ya que el ser humano es quien motoriza y hace la organización.
Por lo tanto, un gerente, debe manejar conocimientos relacionados con la persona y con sus relaciones interpersonales, a fin de garantizar la existencia entre otras cosas de un ambiente adecuado dentro de la organización. En otras palabras, además de poseer conocimientos técnicos del ramo al que pertenece la empresa, debe estar consciente de la influencia del comportamiento organizacional en la misma.
El desconocimiento o la desestimación de las agrupaciones informales y el estrangulamiento de las formales, proporcionará una información parcial de la realidad, que en ocasiones impedirá ejecutar los planes pautados, por más estratégicos que estos sean.
Ahora bien, la razón por la cual se forman los grupos informales dentro de las organizaciones pueden ser variadas, como lo plantean Gibson, J, Ivancevich, J. y Donnelly (2009), exponiendo que las personas se agrupan para satisfacer una necesidad (como seguridad, socialización, por estatus), por proximidad, atracción y económica.
No obstante la necesidad de pertenecer o ser parte de un grupo es innato en el ser humano, sea de la condición social que sea, lugar, características personales, en fin, ser parte de una sociedad real o virtual como ahora la tecnología nos ofrece nos llama a agruparnos.
Si bien es cierto que la existencia de grupos dentro de una organización, presentan una estructura establecida por factores como la especialización de los integrantes, la agresividad con que se enfrentan a ciertas situaciones que ocurran, al poder y estatus que los miembros, el rol que cada uno asume ante la organización o grupo a que pertenece es de suma importancia para las instancias pues determina la posición que a adoptado ante ello.
Al respecto, los autores anteriormente citados Gibson, J y otros (2009) establecen que hay dos tipos de roles el que se percibe y el representado. El primero se define “como el conjunto de conductas que una persona en una determinada posición cree que debería representar” a lo que considero que toda persona de una u otra manera se ha visto en la necesidad de asumir, pues ser parte de una sociedad lleva a adoptar conductas especificas. El rol representado se refiere a las conductas reales de la persona, las que deben estar por supuesto cónsonas con el esperado por el grupo, ya que de no ser así impediría el buen desarrollo del mismo, requiriendo que el individuo se adapte o se retire del grupo.
Es importante destacar que si bien es cierto que los grupos dentro de una organización tienen una existencia real y su lugar determinado, hay factores que pueden influir la efectividad de los mismo, como son todos los aspectos personales de sus miembros, los miedos, inseguridades, valores, autoestima, prejuicios, entre otros y que de una u otra manera van a ser parte del pensamiento de ese grupo. Así como también los propios aspectos que surgen al agruparse, los grupos muy grandes que tiende a caer en la holgazanería social, termino utilizado por Kinichi A. y kreitner R. (2003) en su libro llamada Comportamiento organizacional, conceptos, problemas y practicas, en el que lo presenta como la “disminución del esfuerzo individual conforme aumenta el tamaño del grupo” y en tener un pensamiento grupal, el cual impide percibir, evaluar y discutir con diferente criterio el mundo real.
En definitiva la existencia de los grupos en una organización si son bien llevados, con normas claras y un gerente conocedor de todo lo que implica las agrupaciones sociales harán más efectivas las tareas que allí se lleven a cabo.
Referencia Bibliográfica
Kinichi A. y Kreitner R. 2003 Comportamiento Organizacional, Conceptos, Problemas y Prácticas. México Mc Graw Hill
Gibson Ivanechi Donnelly. Las organizaciones, comportamiento, estructura, procesos. (10ª edición) México 2001 Mc Graw Hill
Dentro de toda organización la existencia de los grupos formales e informales es una realidad notoria y tangible que un buen gerente debe estar en pleno conocimiento. Pues, el ser consciente de la existencia de los mismos le proporciona valiosas herramientas para tomar decisiones más asertivas y cónsonas con en el ambiente, comportamiento de los trabajadores y por supuesto con el logro de la misión de la organización. Ya que el ser humano es quien motoriza y hace la organización.
Por lo tanto, un gerente, debe manejar conocimientos relacionados con la persona y con sus relaciones interpersonales, a fin de garantizar la existencia entre otras cosas de un ambiente adecuado dentro de la organización. En otras palabras, además de poseer conocimientos técnicos del ramo al que pertenece la empresa, debe estar consciente de la influencia del comportamiento organizacional en la misma.
El desconocimiento o la desestimación de las agrupaciones informales y el estrangulamiento de las formales, proporcionará una información parcial de la realidad, que en ocasiones impedirá ejecutar los planes pautados, por más estratégicos que estos sean.
Ahora bien, la razón por la cual se forman los grupos informales dentro de las organizaciones pueden ser variadas, como lo plantean Gibson, J, Ivancevich, J. y Donnelly (2009), exponiendo que las personas se agrupan para satisfacer una necesidad (como seguridad, socialización, por estatus), por proximidad, atracción y económica.
No obstante la necesidad de pertenecer o ser parte de un grupo es innato en el ser humano, sea de la condición social que sea, lugar, características personales, en fin, ser parte de una sociedad real o virtual como ahora la tecnología nos ofrece nos llama a agruparnos.
Si bien es cierto que la existencia de grupos dentro de una organización, presentan una estructura establecida por factores como la especialización de los integrantes, la agresividad con que se enfrentan a ciertas situaciones que ocurran, al poder y estatus que los miembros, el rol que cada uno asume ante la organización o grupo a que pertenece es de suma importancia para las instancias pues determina la posición que a adoptado ante ello.
Al respecto, los autores anteriormente citados Gibson, J y otros (2009) establecen que hay dos tipos de roles el que se percibe y el representado. El primero se define “como el conjunto de conductas que una persona en una determinada posición cree que debería representar” a lo que considero que toda persona de una u otra manera se ha visto en la necesidad de asumir, pues ser parte de una sociedad lleva a adoptar conductas especificas. El rol representado se refiere a las conductas reales de la persona, las que deben estar por supuesto cónsonas con el esperado por el grupo, ya que de no ser así impediría el buen desarrollo del mismo, requiriendo que el individuo se adapte o se retire del grupo.
Es importante destacar que si bien es cierto que los grupos dentro de una organización tienen una existencia real y su lugar determinado, hay factores que pueden influir la efectividad de los mismo, como son todos los aspectos personales de sus miembros, los miedos, inseguridades, valores, autoestima, prejuicios, entre otros y que de una u otra manera van a ser parte del pensamiento de ese grupo. Así como también los propios aspectos que surgen al agruparse, los grupos muy grandes que tiende a caer en la holgazanería social, termino utilizado por Kinichi A. y kreitner R. (2003) en su libro llamada Comportamiento organizacional, conceptos, problemas y practicas, en el que lo presenta como la “disminución del esfuerzo individual conforme aumenta el tamaño del grupo” y en tener un pensamiento grupal, el cual impide percibir, evaluar y discutir con diferente criterio el mundo real.
En definitiva la existencia de los grupos en una organización si son bien llevados, con normas claras y un gerente conocedor de todo lo que implica las agrupaciones sociales harán más efectivas las tareas que allí se lleven a cabo.
Referencia Bibliográfica
Kinichi A. y Kreitner R. 2003 Comportamiento Organizacional, Conceptos, Problemas y Prácticas. México Mc Graw Hill
Gibson Ivanechi Donnelly. Las organizaciones, comportamiento, estructura, procesos. (10ª edición) México 2001 Mc Graw Hill
MAPA
fotos de la organización donde trabajo
Felicitaciones amiga, vio que si se puede
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarFelicitaciones Maritza, ya tienes tu obra de arte, muy bella la página, no te preocupes por los detalles de entrada, en la medida en que domines la tecnología, en esa medida lo arreglarás, un abrazote, tu profesor Marco Nieto
ResponderEliminarMuy bien, Maritza
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